Estas tres últimas semanas el Gobierno de Pedro Sánchez (pero no sólo el Gobierno de Pedro Sánchez) ha decidido que lo mejor era cubrirse de gloria. Se pusieron a ello a mediados de febrero y no se han detenido hasta alcanzar unas cotas de ridículo e incompetencia difícilmente alcanzables en condiciones normales. Pero las que vivimos no son condiciones propiamente normales, de manera que es previsible que se sigan cubriendo de gloria en los próximos meses.