El deporte nacional, ver el fútbol en el bar, está amenazado de muerte. Llegó tocado a la pandemia, pero se ha caído definitivamente de la convocatoria y tendrá difícil recuperación, al menos para esta temporada. El confinamiento lo cambió todo, pero la factura de las plataformas que tienen los derechos del fútbol siguió llegando puntualmente sin mostrar excesiva sensibilidad con los hosteleros, que en muchos casos han dado de baja el servicio o han limitado la oferta para no verse completamente privados.