Si dejáramos a un lado su género y nos centráramos exclusivamente en los logros de su currículum, sería imposible de concebir la cruzada actual de Alex Morgan. Tras haber formado parte de dos Juegos Olímpicos y tres Mundiales, haber sido imagen de Nike, Coca-Cola o portada del videojuego FIFA (primera mujer en conseguirlo), haber sido nombrada como una de las 100 personas más influyentes y, durante años, una de las futbolistas mejor pagadas, parece difícil de comprender que el objetivo de esta delantera sea la igualdad y el respeto.