Rusia llegó a atacar diez asentamientos en la región de Druzhkivka, dañando una pista de hielo, un hotel, una estación de autobuses, una iglesia, edificios agrícolas y casas privadas. Al menos tres personas murieron y otras once resultaron heridas en el ataque masivo que lanzó Rusia contra Ucrania en las últimas 24 horas.

El desastre de Makiivka la pasada Nochevieja amenaza con convertirse en uno de los tropiezos más grandes del mando operacional ruso desde el inicio de la invasión, y uno de los que más discrepancias internas le puede generar al Kremlin.

El teniente general Sergei Sevryukov, comandante de las fuerzas rusas en Ucrania, ha asegurado que la circunstancia que posibilitó el ataque fue «el uso masivo y contrario a las normas de teléfonos móviles dentro del rango de alcance de las armas enemigas».