Alrededor de 2.000 personas han muerto a manos de funcionarios policiales en la guerra contra las drogas puesta en marcha por el nuevo presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, informa Reuters. Todas las muertes extrajudiciales se han producido en las últimas siete semanas a un promedio de alrededor de 36 muertos al día. "No somos carniceros," testificó el Director General Ronald dela Rosa ante un comité del Senado hoy Martes. Así mismo, Duterte amenazó a los legisladores del país a que no interfieran con el movimiento, bajo riesgo de muerte.