Sin el apoyo occidental a la revuelta ucraniana, nunca hubiera caído el ex presidente Yanukóvich. Esto implica también lo contrario: cuando Ucrania hizo lo que Rusia no quería, invadió. El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dice que la retórica del gobierno ucraniano, que habla de “Gran Guerra Patriótica”, es “incitada por Washington, algunas capitales europeas y más y más a menudo de Bruselas y de los cuarteles generales de la OTAN”.