Tengo muchos amigos, cada vez más, que no consideran "moralmente lícito" comer carne de otros animales. Y ya no se trata de una cuestión marginal, se está convirtiendo en una nueva ética, un nuevo tabú cultural.
El 41% de los niños encuestados pensaba que el beicon provenía de una planta y la mayoría de los niños de entre 6 y 7 años no veía con buenos ojos el comer pollos, vacas o cerdos.