No fueron FFP3, las mascarillas más eficaces. De esas no hubo ninguna. Tampoco FFP2. Las que al final llegaron al pabellón de Ifema en abril de 2020 fueron todas KN95: un estándar de calidad chino, en teoría con similares prestaciones de filtrado que las FFP2, pero que no pasan por el mismo tipo de controles que el estándar europeo. Con las KN95, el control de calidad lo realiza el fabricante: es una autocertificación. En ocasiones –como ocurrió con muchos lotes descubiertos en junio de 2020– lo que dice el fabricante está lejos de la realidad.

Desde 2018 Calidad Pascual presume en sus anuncios de televisión de ser el único gran productor con todas sus granjas (348) certificadas por el sello "bienestar animal" que certifica el correcto trato animal. El sello tiene como particularidad que no participan en su análisis animalistas, veterinarios o biólogos, sólo ganaderos. Se ha descubierto que el personal del IRTA, que otorga el sello "bienestar animal", ha trabajado, cobrado y ha recibido premios directamente por Calidad Pascual. AENOR que lo distribuye dice "no saber nada".