En Andalucía existen más de un centenar de campos de golf que emplean para su regadío agua regenerada, es decir, agua no apta para el consumo humano, siempre y cuando tengan acceso a las mismas. De esta forma, según la Real Federación Andaluza de Golf, más del 80 por ciento de los campos de golf de la región emplean agua regenerada no potable para el riego, convirtiendo a Andalucía en un referente en este ámbito.