Al fin ha llegado a Indonesia un presidente civil y elegido democráticamente, Joko Widodo, algo que no pasaba desde la destitución del primer dirigente de esta nación isleña, el nacionalista y civil Sukarno, hace casi cincuenta años. En ese lapso, la dictadura del militar Suharto, apoyada y mimada por EE.UU, convirtió a este nación en isleña, en todo aquello contra lo que habían luchado tanto: en una tierra al servicio de los intereses de estados extranjeros, en la que murieron de 500.000 a un millón de personas acusadas de ser comunistas.