El Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) continúa negociándose entre Estados Unidos y la Comisión Europea a espaldas de la ciudadanía de ambos lados del Atlántico. Los documentos filtrados confirman el poder que este pacto daría a las grandes empresas multinacionales en detrimento de los derechos laborales, de la protección ambiental y de la soberanía parlamentaria. Es una amenaza que se extiende a otros tratados de libre comercio e inversiones como el CETA (entre Canadá y la Unión Europea) y el TISA.