Él y su amigo habían ido a la gasolinera para preguntar si se encontraba el encargado. Tras recibir un “no” como respuesta, ambos se marcharon al polígono industrial de Torrea. Allí, la Ertzaintza procedió a identificarlos cuando pretendían conducir su vehículo, ambos en estado de embriaguez. De hecho, el amigo fue detenido. Poco después, él decidió regresar a la gasolinera y, tras robar parte de la caja, se dio a la fuga. Sin embargo, su huida se vio truncada. Esa misma noche murió atropellado a menos de un kilómetro del surtidor de Igorre.