El rey de Arabia Saudí, Abdalá Ben Abdel Aziz, de 90 años, que está gravemente enfermo, y su sucesor, Miqren Ben Abdel Aziz, hijos ambos del mítico rey Ibn Saud, han alcanzado durante el año pasado acuerdos estratégicos fundamentales con los EEUU, “informales” pero efectivos, destinados –esencialmente aunque no solo– a la destrucción del Estado Islámico (EI), que financiado inicialmente por los regímenes suníes –Emiratos y la propia Arabia Saudí–, una vez conquistadas a sangre y fuego un tercio de Irak y un cuarto de Siria, han pasado a control