Un doctor antiabortista, detractor de la eutanasia y contrario a la la ley contra la LGTBIfobia presidirá el Colegio de Médicos de Madrid después de proclamarse vencedor en las elecciones celebradas el pasado jueves. La candidatura del ultracatólico Manuel Martínez-Sellés obtuvo 3.202 votos (el 52% de los sufragios emitidos) y se impuso al anterior responsable, Miguel Ángel Sánchez Chillón, que logró 1.905 apoyos (31%). Solo votaron 6.189 facultativos (un 13,2%) de los 46.780 llamados a las urnas.

Al menos 7 de los 12 miembros del Comité de Bioética se han declarado abiertamente antiabortistas. Los miembros son elegidos por las Comunidades Autónomas y el Gobierno, a través de los Ministerios de Economía, Sanidad, Justicia e Industria. El anterior Comité también respaldó la vigente ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, con 10 votos a favor.

Al parecer Ruiz Gallardón quiere celebrar en Madrid un congreso antiabortista en la que se pretende aprobar una declaración que se llamará “Declaración de Madrid”. Dicen que quieren darle al evento un tono científico. Me lo imagino; científico de la ciencia que negó que las mujeres tuvieran capacidad para estudiar hasta bien entrado el siglo XX. Científico no va a ser desde luego, va a ser un congreso ideológico, de la ideología de quemar a las mujeres por copular con los demonios (o con lo que sea), de esa ideología: de la ideología de la mis

La organización antiabortista Derecho a Vivir (DAV) está mandando mails a sus simpatizantes ante la inminente aprobación el viernes por el Consejo de Ministros de la ley del aborto y ante las sospechas de que de que podría aprobarse una ley que permita el aborto eugenésico. En el correo, DAV recuerda a los suyos que “¡ha llegado la hora de presionar al máximo para que no sigan exterminando niños en España! con escraches a los ministros.

Se agota el tiempo que se marcó el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para la aprobación de la reforma de la ley del aborto. Y las asociaciones antiabortistas exigen al Gobierno de Mariano Rajoy que cumpla con sus compromisos electorales.

El sucesor de Rouco en la CEE, Ricardo Blázquez, dice que “cada cristiano o ciudadano debe hacer lo que crea conveniente”. Es una señal más, después de los nombramientos del propio Blázquez y de Carlos Osoro como arzobispo de Madrid; dos moderados. Este lunes, en su primera asamblea tras la salida de Rouco Varela al frente de la CEE, los obispos aprobaron no participar en la manifestación antiabortista del próximo sábado, ni llamar a los fieles a hacerlo.

Decenas de asociaciones antiaborto han convocado una nueva manifestación en Madrid, que se celebrará el 14 de marzo para volverle a pedir al presidente del Gobierno Mariano Rajoy que derogue la actual Ley del Aborto como prometió cuando ganó las elecciones. La manifestación comenzará a las doce del mediodía, y partirá de la calle Sevilla para finalizar en la Puerta de Alcalá. Su lema, igual que en 2009 y en 2014, será 'Cada vida importa. Por la Vida, la Mujer y la Maternidad', según informaron los convocantes.

La asociación se llama “Más Futuro”, y el pasado mes de junio los herederos del franquismo la declararon asociación de utilidad pública. No es ninguna tontería el título otorgado, ya que este supone que la organización antiabortista tendrá un régimen fiscal más favorable, así como ventajas legales y asistencia jurídica gratuita. Todo lo contrario a la asociación de referencia en Madrid de atención a mujeres violadas, que se ha visto en la calle por falta de fondos...

Ambas formaciones incluyen en su acuerdo el apoyo e información a mujeres embarazadas, una idea que entronca con las ayudas que publicitan las entidades antiabortistas y ultracatólicas en su férrea lucha contra este derecho"Si los problemas te hacen no alegrarte o estar preocupada, hay que tratar de mejorar esa situación. No tomes precipitadamente una decisión que no tiene vuelta atrás" Los ultracatólicos ven en Vox una nueva esperanza tras sentirse traicionados por la retirada en 2014 de la reforma del aborto de Gallardón.

Las asociaciones de mujeres son "chiringuitos" con los que las feministas hacen negocio. Lo que nunca nombran ambas formaciones, que han pactado en Andalucía un sistema de ayudas a mujeres con embarazos no deseados, es de las cientos de asociaciones antiabortistas que están detrás de estas prestaciones. Algunas, además, también reciben dinero público. Es el caso de cinco de las más activas, que han recibido desde 2014 al menos 1,8 millones de euros de diferentes administraciones públicas

La organización estadounidense Heartbeat International tiene presencia en más de 60 países. A través de sus afiliados internacionales recopilan datos de mujeres que buscan información sobre aborto en internet. Contacta con ellas e intentar convencerlas de que no interrumpan su embarazo, tal como advirtió la organización civil británica Privacy International (PI) en un informe publicado en julio. Heartbeat International alienta a organizaciones antiaborto a desarrollar “programas intrusivos de recolección de datos y sistemas de marketing".

Las organizaciones ultracatólicas saldrán el domingo de manifestación. El objetivo de la protesta será nuevamente el aborto, la eutanasia y todas aquellas medidas del Gobierno que buscan garantizar estos derechos. Las banderas, las pancartas y los carteles volverán a aparecer en las calles de Madrid bajo la convocatoria de la plataforma 'Cada Vida Importa', una red que busca acaparar las acciones antiabortistas y que cuenta con el patrocinio del Foro de la Familia.

Ayer tuvo lugar en Donostia una procesión' antiabortista convocada por "Rezar no es delito"

Fue entonces cuando la asociación antiabortista pasó a estar amparada por la ley del PP. Desde entonces, la subvenciones de la Xunta de Galicia a Red Madre son continuas. Entre 2012 y 2013 estas ayudas sumaron 120.000 euros, en un panorama en el que Feijóo insistía en incrementar la natalidad en Galicia.

Esta nueva regulación, que ha entrado por la puerta de atrás y sin ser presentada por parte del Ejecutivo, no colisiona directamente con el actual derecho al aborto, pero es un primer paso para reconocer las reivindicaciones históricas de los colectivos antiabortistas o provida.