De nuevo el horror del terrorismo golpea las calles de una ciudad y con bastante indolencia, la barbarie de quienes solamente viven para la muerte vuelve a sembrar de gritos, lagrimas y sangre las calles de Barcelona. Aunque también podría haber sido el turno para Londres, Paris, Damasco o Adén. La sin razón del terrorismo se ha convertido para nosotros en una larga sombra sobre nuestro día a día.