Los medios de comunicación estaban convocados, cuando aún no se habían puesto las calles, en el Teatro Nuevo de Coslada para acreditarse. Los compromisarios o delegados o afiliados o militantes o como quiera que los cataloguen, también llegaban pronto al recinto cosleño. ¿Expectación? Ninguna. Los delegados sabían a lo que iban. Los medios no sabían a qué. Todo, o casi todo, estaba ya cerrado de antemano. El fin de semana anterior se había elegido la nueva ejecutiva y durante esta Asamblea poco o nada iba a importunar a Albert Rivera.