Una periodista con dos hijas le pregunta a Albert Rivera si va a organizar los actos de prensa antes de las seis de la tarde, para poder conciliar su trabajo de redactora y el de persona y madre, como promete el programa electoral de Ciudadanos. Rivera, a quien la pregunta le sienta como un tiro a juzgar por el lenguaje no verbal seguido de la chulería, dice que lo hable con su empresa –El Periódico de Cataluña–, que su empresa ponga turnos y contrate a más gente para no obligarla a ella a hacer tantas horas.