El debate en torno a la vivienda se ha convertido en el último episodio de una emocionante saga electoral. Y es que tiene casi todos los elementos que una buena serie necesita: una buena trama con giros que nos atrapa, una trepidante banda sonora al ritmo de urnas y tambores, personajes bien definidos donde tanto los protagonistas —Gobierno, ERC y EH Bildu— como los antagonistas —Partido Popular— y tritagonistas —Ciudadanos, PNV y VOX— cumplen su función, una dirección digna de eclipsar los 26 premios Emmy de El Ala Oeste de la Casa Blanca