Así que, en un paso más para reparar esta injusticia, en octubre de 2016 el gobierno británico anunciaba la Ley Alan Turing, ley que la reina de Inglaterra sancionó el pasado 31 de enero de 2017. Bajo los auspicios de esta ley, todas aquellas personas ya fallecidas y que en su momento fueron condenadas por su orientación sexual y por actos que hoy en día ya no son un crimen reciben el perdón automático.