La desaparición del cartel de la Fábrica de Espadas Zamorano en pleno corazón del Casco Histórico, ha causado cierta conmoción entre los toledanos. Después de 70 años con el cartel en la puerta -un letrero que se ha convertido en todo un icono del Casco-, la Fábrica de Espadas Mariano Zamorano tiene que cerrar al no renovar el aquiler con el nuevo propietario de local. Ese inmueble pertenece a la antigua propiedad del convento de Santa Úrsula, que fue hace unos años vendido y cuyo nuevo propietario no ha llegado a un acuerdo con los espaderos.

Su fuerte presencia ha persistido a lo largo de más de 2.000 años de historia, impulsada por audiencias que se dice que van desde el general cartaginés Aníbal hasta las legiones romanas. Sin embargo, en estos días, la antigua tradición de fabricación de espadas en la ciudad española de Toledo se ha reducido a sólo dos espaderos artesanales, el último eslabón vivo de una tradición que se remonta a miles de años. Antonio Arellano: “La industria de la espada está estrechamente relacionada con la ciudad”. Artesania arellanos. “Si lo perdemos,