Y así declaro lo escribo. Porque cuando mi jefe llega a la oficina mosqueado con el mundo yo pienso “Me suda el chocho lo que digas”. A veces viene de buen humor, cosa que no le dura todo el día, y de repente ¡zas! el mundo está en su contra y él lo paga con quién tenga más cerca. ¡Oye! Es mi JEFE, en mayúsculas porque es un hombre. ¿Por qué en la empresa dónde trabajo hay tantas mujeres y tan pocas jefas? La respuesta está clarísima, para dirigir un equipo necesitas la misma capacidad para dar y para que te den por el culo.