Según estos trabajos, que vienen a sumarse a algunas tímidas denuncias y sospechas realizadas hace algunos años, Le Corbusier habría tenido un oscuro pasado político, caracterizado por sus estrechas vinculaciones con partidos franceses de ideología fascista, sus ideas antisemitas y su simpatía por Hitler y el gobierno títere de Vichy.

Los hechos son conocidos desde hace décadas, pero resurgen cada vez que una efeméride o una nueva exposición colocan en la agenda mediática al arquitecto, nacido con el nombre de Charles-Édouard Jeanneret en la Suiza de 1887 y nacionalizado francés. La publicación de sus cartas privadas dejó al descubierto su antisemitismo e incluso su admiración por Mussolini y por Hitler. En 1940 se alegró de la derrota francesa y la consiguiente ocupación nazi. “Si hubiéramos ganado, la podredumbre habría triunfado” , escribió en una carta a su madre.