Tuvo Pape Diop el domingo pasado la mala suerte de ser negro jugando en el Levante, pero sobre todo, de ser negro enfrentándose al Atlético. La entrañable, justa, necesaria y muy viral acción de rechazo tras el bananazo a Alves en el Madrigal, había dejado en el imaginario una conclusión: la de que en la Liga todos nos zampamos al racismo, no hay colores cuando se trata de combatir los actos racistas, y a quien aprovecha su militancia para exhibirse xenófobo, lo deglutimos de un mordisco. Pero sólo eran ilusiones ópticas, sólo era marketing.

Si no hacemos algo para arreglar las inequidades en esta economía, las horcas van a venir por nosotros. Ninguna sociedad puede sostener este tipo de aumento de la desigualdad. De hecho, no hay ningún ejemplo en la historia humana donde la riqueza se acumulase como en ésta ocasión y las horcas no saliera finalmente. Muestrame una sociedad muy desigual, y yo te mostraré un estado policial. O un levantamiento. No hay contraejemplos. Ninguno. No es "si", sino "cuándo". Traducción: goo.gl/mbMR0K

El presidente del Gobierno ha defendido el bipartidismo con el argumento de que la alternativa es mucho peor. Mariano Rajoy ha señalado que en Europa, tras las últimas elecciones, se ha dado un fenómeno de auge de formaciones políticas "diferentes" a los grandes partidos tradicionales. Ante esta situación, ha advertido de que hay países "en otros continentes" donde se castigó a estos grandes partidos, "llegaron otras cosas" y "ahora no levantan cabeza".