La quijada le pesa sobre la clavícula como un pisapapeles de madera sobre un taco de posits. Ahí, en el maxilar inferior, uno debe detenerse. Su estructura cuadrada y ancha, algo adelantada con respecto a la hilera de dientes superior, sirve a la perfección para el almacenamiento; es una cavidad para la reserva ideológica, un trastero donde se guardan las cosas obsoletas que da pena tirar.