Una vez más el neoliberalismo quiso presentarse como la panacea para resolver los problemas de los países latinoamericanos. Y una vez más produce desastres y no soluciones. Países que todavía se plantean ese dilema –como Ecuador ahora, de cara a la segunda vuelta–, no necesitan mirar hacia su pasado y comparar con su presente. Les basta mirar hacia los desastres provocados por los gobiernos de Mauricio Macri y de Michel Temer, para ver los riesgos que la restauración liberal presenta