Rojo, verde, negro, azul, blanco y amarillo son los colores de la bandera de Sudán del Sur, el país más joven del mundo y el que menos tiempo ha tardado en conocer una guerra civil. La excusa: una lucha de tribus con el trasfondo del petróleo. Mientras algunos han decidido dar el salto desde occidente al continente africano para ayudar, el resto del planeta mira hacia otro lado.