Unidades de las Syrian Democratic Forces, participadas por las YPG kurdas y rebeldes demócratas árabes y asirios, arrebataron al Estado Islámico la mayor ciudad de la provincia siria de Hasakah que aún tenían en su poder, donde operaban un mercado de mujeres y niñas yazidíes y desde donde atacaban y secuestraban miembros de la minoría asiria a lo largo del río Khabour.