"La Iglesia Católica Romana, con el fin de unir el paganismo con el cristianismo, no le importó desacreditar la Palabra de Dios, atribuyendo falsamente el nacimiento de Cristo en la misma fecha que nacieron los dioses o demonios solares. Los cristianos no podemos mezclar el paganismo con los caminos de Dios. Cada Ministro debe librar sus manos de la sangre de las almas proclamando la Verdad, aunque esto le incomode o enfade a aquellos que la escuchan. Estos individuos sirven a Dios en la hermosura de la santidad y amor de la Verdad."