Hablan. Chismorrean. Frivolizan. Gritan. Descalifican. Insultan. Y ganan mucho dinero. Los tertulianos como estrellas del show-business de los debates en tv. Hablan todo el tiempo en todas partes. Para ello recurren a lugares comunes, tópicos, chascarrillos, elucubraciones y, por supuesto, a las consignas de los grupos políticos o empresariales afines. Si hace falta, también descalifican e insultan a sus contertulios. Todo para que el show de turno cumpla su objetivo: conseguir la máxima audiencia.