Una serie de explosiones en un mercado en la capital de la región occidental china de Xinjiang causó un número indeterminado de muertos y heridos, reportó la agencia oficial Xinhua.

China ha ejecutado hoy a 13 personas acusadas de 'ataques terroristas' en la remota región de Xinjian, según informa la agencia estatal de noticias. Al mismo tiempo, tres personas más fueron sentenciadas a muerte acusadas del ataque uigur a la Plaza de Tiananmen ocurrido en octubre de 2013.

Las autoridades de Karamay han prohibido a los hombres con "grandes barbas" y a las personas con la media luna islámica estampada en su ropa que utilicen los autobuses municipales, informa el Diario de Karamay, un periódico local.

El Ejército chino debe llevar la "civilización moderna" a las zonas del sur de la provincia de Xinjiang, de mayoría musulmana, para ayudar al desarrollo de su economía, según han afirmado este miércoles dos altos cargos militares en una influyente revista china.

Las fuerzas de seguridad chinas en la región más occidental de Xinjiang mataron a 28 "terroristas" de un grupo que llevó a cabo un ataque mortal en una mina de carbón en septiembre bajo la dirección de "extremistas extranjeros".

China ve en su provincia de Xinjiang un problema doméstico que se está internacionalizando. Su objetivo es hacer la provincia "más china". Esto ha provocado descontento entre su población uyghur preocupados por la desigualdad económica y la inmigración de población Han (este de China) a su territorio. Esto se ha manifestado en 2 rebeliones acaecidas en 1996 y 2009 (con 197 fallecidos) que amenazan el sueño de China de ser un país armónico en todo su territorio. Los uyghur son musulmanes, tienen su propio idioma y no se sienten chinos.

En el Tíbet y Xinjiang, sus esperanzas están siendo frustradas. Durante décadas, Xinjiang ha sido víctima de una insurgencia de bajo nivel que involucra a los uigures. Las autoridades chinas esperan que el turismo ayude a reducir los disturbios en Xinjiang creando empleos y aumentando la riqueza.

Este sábado entra en vigor la normativa que sanciona llevar una barba "anormal" o velo en la región china de Xinjiang, lugar en el que existen muchos conflictos étnicos. Con el supuesto objetivo de "frenar el extremismo religioso", la nueva política también castiga otros actos, como negarse a ver los canales de televisión o radio oficiales.

Las autoridades chinas han prohibido docenas nombres con connotaciones religiosas ligados a la comunidad musulmana, como Sadam o Medina, en la región noroccidental de Xinjiang, foco de conflictos étnicos, denunció hoy Human Rights Watch (HWR). La organización humanitaria divulgó en un comunicado esta nueva decisión de las autoridades y explicó que los niños que tengan nombres prohibidos no podrán recibir el permiso de residencia, el llamado "hukou", necesario para acceder a servicios médicos o educativos.

Xinjiang, residencia de los uigures, cuenta con carácter autónomo y una de las más amplias del estado chino, es un foco de permanente dolor de cabeza para las autoridades chinas: azuzados por un sentimiento independentista, la inestabilidad y la violencia en la provincia ha sido la norma. Y como quiera que la mayoría de los uigures son musulmanes, el gobierno chino lleva optando durante años por una represión de carácter religioso. ¿El último ejemplo de ello? Prohibidos los nombres exageradamente musulmanes en la región.

Ciudadanos de la provincia de Xinjiang, una comunidad en la región del oeste de China, están siendo forzados a instalar una app de vigilancia. Para ser más precisos, se trata de spyware en los teléfonos móviles. Según la propia herramienta, con la idea de “prevenir el acceso a información terrorista”.

En la región de Xinjiang (Sinkiang) de china hay una mayoría de población musulmana que incluye a millones de uigures, un grupo étnico con raíces en Turquía. La notificación, que se envió a través de WeChat, indicaba la aplicación a instalar(Jinwang), que monitorizaría los ficheros de los teléfonos para "detectar automáticamente vídeos, imágenes, e-books y documentos electrónicos relacionados con el terrorismo y religiones ilegales". En Xinjiang se han producido varios movimientos separatistas y atentados terroristas.

China está planeando uno de esos proyectos inverosímiles que darían vida al que se convertiría en el túnel más largo del mundo, que sería fabricado para llevar agua desde el Tíbet hasta Xinjiang, una enorme zona donde apenas el 10% de la superficie cuenta con las características para ser habitada. Vamos, el objetivo es que el desierto de Xinjiang sea una especie de California. Con dicho túnel buscarían desviar el río Yarlung Tsangpo, en el sur del Tíbet, hacia el desierto de Taklimakan en Xinjiang.

El Gobierno de la convulsa región de Xinjiang, ubicada en el extremo noroeste de China, ha revelado este martes sus planes de construir una "gran muralla" para frenar la supuesta infiltración de milicianos islamistas procedentes de otros países. El gobernador, Shohrat Zakir, ha anunciado, durante la sesión inaugural de la reunión plenaria que celebra la asamblea regional todos los años, que reforzará las medidas de seguridad

Las autoridades de la región de Xinjiang, en el extremo occidental de China, parecen haber legalizado oficialmente los llamados campos de reeducación para personas acusadas de extremismo religioso, poco más de un mes después de negar la existencia de tales centros. El gobierno de Xinjiang revisó el martes una ley local para alentar a los "centros de formación profesional" a "llevar a cabo una educación ideológica antiextremista". Las organizaciones de derechos humanos han alegado durante mucho tiempo que el gobierno chino ha estado deteniendo

China censuró un reportaje televisivo sobre la detención de más de un millón de musulmanes uigures en "campos de reeducación" al cortar repentinamente la emisión, según un reportero de la BBC. Stephen McDonell filmó el momento en que el programa del Día del Juicio Final de los Servicios Mundiales dejó de emitirse cuando comenzó a hablar sobre el tratamiento de la minoría étnica turca en la provincia noroccidental de Xinjiang. El Sr. McDonell, corresponsal de la BBC en China, dijo que algo similar sucedió el día anterior

China ha afirmado haber arrestado a 13 mil «terroristas» en Xinjiang en los últimos cinco años, cuando lanzó una agresiva campaña de propaganda en defensa de sus medidas restrictivas en la región del extremo occidental. En las últimas semanas, los medios de comunicación estatales chinos han publicado un flujo constante de informes y videos producidos de manera deslumbrante que intentan contrarrestar las cuentas de detenciones masivas, vigilancia y supresión de los derechos culturales y religiosos en los medios de comunicación extranjeros,

Bajo el pretexto de «desradicalización», el PCCh ha extendido su control sobre la población de Sinkiang a todos los aspectos de la vida diaria.

Desde el 2016 más de dos docenas de lugares religiosos islámicos han sido parcial o completamente demolidos según revela una investigación de The Guardian y Bellingcat.

Entre enero de 2018 y febrero de 2019, Human Rights Watch pudo aplicar ingeniería inversa a la aplicación móvil que los funcionarios de la policía utilizan para conectarse a la Plataforma de Operaciones Conjuntas Integradas (IJOP), el programa de vigilancia de Xinjiang que reúne datos sobre personas y señala a los que se consideran potenciales amenazas.

Reportage de 30 minutos de France24 con testimonios de primera mano y grabaciones exclusivas. [En la región noroccidental china de Xinjiang, se cree que más de un millón de uigures étnicos se encuentran recluidos en campos de internamiento. Las autoridades los llaman "reeducación a través de campos de trabajo", pero las víctimas dicen que la realidad es un adoctrinamiento forzado para los uigures en condiciones alarmantes]

Patrullas policiales armadas, controles de seguridad pública, y reconocimiento facial –la omnipresente vigilancia– es una parte inevitable e intrusiva de la vida cotidiana de los residentes de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang. La exhaustiva vigilancia, introducida bajo el pretexto de mantenimiento de la estabilidad, ha generado temor y ansiedad en lugar de la paz y tranquilidad prometidas. Las autoridades adoptan continuamente más, y a menudo absurdas, medidas de control.

Xinjiang es una de las regiones de China donde la vigilancia es llevada a su máximo extremo. Tienen sistemas de reconocimiento facial en las calles y mezquitas para tener controlada a la población musulmana. Ahora se ha sabido, gracias a una investigación conjunta de The New York Times, The Guardian, Vice y Süddeutsche Zeitung, que a los turistas que pasan por el control fronterizo se les instala una app en el móvil para espiarlos.

Debido a que más de un millón de uigures se encuentran confinados en «campamentos de transformación por medio de educación» emplazados en Sinkiang, cada vez más niños están perdiendo el derecho a ser cuidados por sus padres. Incluso existe un nombre especial para las familias en las que tanto la madre como el padre están detenidos: «familias con doble detención».

«Lo que vemos en Sinkiang», dice el académico alemán Adrian Zenz, «es un genocidio cultural selectivo que se está implementando con una sofisticación tecnológica sin precedentes, vastos recursos financieros, planificación detallada y ejecución al estilo militar”. El futuro de los niños de Sinkiang es el futuro de nuestros niños: el mundo debería entenderlo mejor rápidamente.