Así que no, la libertad de expresión no está amenazada, ni mucho menos --y lo estará aún menos cuando, de una vez por todas, acabemos con esa burla a la que se ha dado por llamar Ley Mordaza--. Pero si Ahora Madrid y Podemos quieren sobrevivir durante los próximos años a la presión a la que están sometidos, tienen que aprender a distinguir el culo de las témporas.