La revolución que comenzó a experimentar el mercado de petróleo en 2014 ha cambiado las reglas del juego para siempre. La fracturación hidráulica (fracking) y el shale oil (petróleo de esquisto) han convertido a EEUU en el mayor productor de petróleo del mundo, superando a Arabia Saudí y Rusia. No obstante, si se profundiza en los datos de producción de EEUU se puede ver como una sola región es la culpable de prácticamente toda esta revolución: la Cuenca Pérmica, situada entre Texas y Nuevo México, produce 6 millones de barriles de crudo.