Josefa y José María se han mostrado desesperados y, sin poder contener las lágrimas, han pedido a su hijo que les deje volver a su casa en la que llevaban viviendo más de 20 años. El matrimonio vivía con su hijo Daniel, de 34 años, y su pareja Noemí hasta que ésta les denunció a raíz de una discusión. El hombre cuenta que recibió una orden de alejamiento que la joven pareja aprovechó para okupar definitivamente la casa. La denuncia fue desestimada, pero Pepe y Fina no han podido volver a su casa después de nueve meses.