El porcentaje de adultos con demencia, incluido el Alzheimer, ha bajado de 11,6 en 2000 a 8,8 en 2012, según un amplio estudio de la Universidad de Michigan. Es decir, las tasas de demencia se desploman casi un 25% en doce años. En los últimos años, los modelos epidemiológicos apuntaban insistentemente a que el envejecimiento de la población podía ocasionar que el número de enfermos de Alzheimer se triplicara en 2050. Estas previsiones auguraban un golpe brutal no sólo a muchas familias, sino a los sistemas sanitarios de todo el mundo.