En un debate sobre las medidas del gobierno estadounidense tras un atentado terrorista, Brigitte Gabriel, ponente de origen libanés, se vio interpelada por una mujer del público, quien se quejó de que los musulmanes como ella estaban siendo representados como “los malos”, cuando la gran mayoría de los seguidores del Islam eran pacíficos. Su respuesta, objeto de una considerable polémica, giró en torno a la siguiente pregunta: “si entre el 15 y el 25% de los musulmanes son radicales, ¿por qué la mayoría pacífica permanece en silencio?”.