Lo normal es que hubiera tratado de dirigirme a ti mediante sesudo y académico escrito, pero como has personalizado tanto la política, bien porque tú eres el único, nuestro salvador, bien porque has personificado a nuestro enemigo (la casta, los ricos, los que hicieron la Transición), me voy a dirigir a ti también de modo individualizado, y qué mejor medio que una carta, esta carta. No sé si soy casta. Sé que no soy rico y que me siento orgulloso de la Transición que hizo mi país de un régimen autoritario a una democracia plena.