Más que una argucia para evitar una paralización de la tramitación parece que le preocupa su propia situación o, como ella misma ha dicho: la de los cinco de JpSí en la mesa. Es decir su primera cautela es salvar su piel y la de sus compañeros de candidatura. Y tiene razón porque se juegan la inhabilitación. Hecho que supondría la imposibilidad de presentarse en las próximas, y probablemente cercanas, elecciones y, de paso, la pérdida de los salarios actuales.