Los energúmenos y malnacidos que el pasado fin de semana profirieron cánticos proviolencia machista en el campo del Betis y todos aquellos insulsos que, por connivencia, los apoyan, no merecen ni un insultito. Dejemos de perder el tiempo. Hoy voy a aplaudir la grandeza de esos hombres feministas que saltaron como resortes ante tamaña afrenta. Que clamaron justicia. Que se mojaron. Que se mojan. Que, día a día, demuestran su amor por las mujeres. Que nos quieren libres. Que luchan por nuestros derechos. Por una igualdad real.