Ver al monarca sometiéndose a un análisis de ADN sería sorprendente y polémico y él lo sabe. Pero, de no hacerlo, la crisis judicial y mediática sería mucho mayor. Y es que los tribunales suelen interpretar tal decisión como un indicio en contra del acusado. Por ello, aunque la decisión final no está tomada aún —aclara Carmen Remírez de Ganuza—, las "fuentes solventes" del entorno del rey que cita la periodista confirman su disposición a colaborar y hacerse la prueba.