La semana pasada siete trabajadoras sexuales del Raval se quedaron sin lugar de trabajo. Una orden cívica del Ayuntamiento desalojó y precintó un meublé en el número 21 de la barcelonesa calle Robadors, epicentro de la prostitución en la ciudad condal y uno de los últimos reductos de lo que una vez fue el barrio chino. "Todo esto tiene mucho que ver con la gentrificación del barrio”, denuncia Janette, la portavoz del colectivo Putas Indignadas. "Se nos quiere expulsar y limpiar de las calles."

Un puñado de empresas controlan la mayoría de los pisos turísticos del barrio madrileño. Los propios vecinos las han investigado y demandado ante el Ayuntamiento por no tener licencia

Jana Leo es madrileña. Emigró a EE.UU. para cursar un máster de arquitectura, después de licenciarse en Filosofía y allí recaló en Harlem. “El hecho de que una persona se beneficie de tu violación no implica necesariamente que se lo encargue a alguien, pero sí que se produce un beneficio. En el caso de mi casero, podía conseguir que yo me fuese, por lo tanto, podía quedarse con mi depósito y también podía subir la renta un 20%. Era era una violación que le generaba beneficios en un entorno donde se facilita que se produzcan agresiones.”

La crisis económica y la necesidad de cumplir los criterios de convergencia fijados por el Tratado de Maastricht llevaron a Suecia a emprender un potente y dirigido proceso de reestructuración general.

Ahí, donde antes estaba la tienda de ultramarinos de toda la vida, ahora se abre una de productos de alimentación y cosmética de origen 100% ecológico. Y aunque la peluquería del barrio cerró, ahora existe una barbería para el cuidado capilar de los hípsters (perdón, vecinos) de la zona y aledaños. Es la cara más evidente a primera vista (y tópica) de la gentrificación de una zona, pero ¿hay algo de malo en ello? «No tendría por qué haberlo si se limitase a cosas como estas.

Los rubros económicos provenientes del turismo solo benefician a las grandes empresas turísticas.

¿Que cuántos pisos turísticos hay en Malasaña y en el distrito Centro? La respuesta es sencilla: demasiados. No necesitamos más estudios de expertos para contestar con rotundidad a esta cuestión; primero porque ya se han hecho bastantes y segundo porque en el momento de publicarse ya están caducos: nacen con cientos y cientos de inmuebles de desfase. La llamada turistificación está golpeando a la zona con fuerza, dejando víctimas y causando daños irreparables. La presión turística hace subir los alquileres y vacía el barrio de vecinos.

Los vecinos del barrio de Kreuzberg, en Berlín, muy afectado por la gentrificación, empiezan a organizarse para que Google no establezca allí su 'Google Campus'.

Menos del 3% de los alquiladores de Airbnb controlan el 14% del mercado, y tienen entre 6 y 20 ofertas. Pero la palma se la llevan el 0.48% de los usuarios que controlan el 8% del mercado y tienen más de 20 ofertas. Es decir, 34 usuarios con más de mil ofertas en Airbnb. En Madrid, 34 usuarios tienen 1.027 ofertas en Airbnb. Esto no es economía colaborativa.

Jana cuenta su historia en una vídeollamada: “Un violador no siempre es un psicópata. Es una persona normal que quiere sexo y lo quiere ya."

Desde 2014, los precios de los alquileres del distrito han subido en casi un 40% de media, alcanzando los 19€/m2

El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible explica a 20minutos el plan municipal para evitar que los pisos turísticos saturen barrios céntricos. "Aprobaremos la nueva normativa y a continuación suspenderemos durante un año la concesión de licencias en el distrito Centro", afirma Calvo. El edil adelanta que la 'Operación Asfalto' del próximo verano contará con mayor presupuesto que ningún otro año. El inicio de las obras de Gran Vía están previstas para el 1 de marzo, mientras que la remodelación de Plaza España podría comenzar en septiembre.

El edificio de la Plaza de las Descalzas, a tiro de piedra de la Puerta del Sol, fue comprado a finales de 2016 por el fondo catalán KKH.

Como la gentrificación está afectando a no sólo el mercado inmobiliario sino a la comida y nuestra forma de vida

Según un estudio titulado “The High Cost of Short-term Rentals in New York City”, centrado en los efectos de Airbnb y servicios similares en la ciudad de Nueva York, estos servicios han hecho aumentar el precio medio del alquiler de Nueva York en 380$. Además, Airbnb ha hecho desaparecer entre 7.000 y 13.500 pisos del mercado de alquiler y un 10% de anfitriones controla la mitad de las ofertas en la ciudad.

En Lisboa hay mucho sitio para turistas en pisos de alquiler pero no tanto para los vecinos de toda la vida con salarios de crisis permanente. La gentrificación local y foránea la está cambiando. A pesar de que las bragas y las camisetas secando en la calle son precisamente lo que buscan las cámaras guiris que siempre miran más al cielo que a la tierra. En el suelo de Lisboa se nota el fin del rescate porque quizá ahora se acaban las obras paradas que sin duda disfrutarán los nuevos colonos.

Nunca ha sido más caro alquilar un piso en España que hoy. El año pasado se registraron subidas en todas las comunidades autónomas, sin excepción, con picos significativos en Canarias e Islas Baleares, donde las rentas se disparan un 28% y un 22% respectivamente, o Andalucía, que espoleada por el ‘boom’ de Sevilla y Málaga crece un 15,5%. Expertos y políticos sopesan cuáles son las mejores medidas para neutralizar el alza salvaje de precios que estamos experimentando en los últimos años.

La mejora estética y remodelación urbana de Bilbao, exigidas por el capital global, tienen precio: convertir en privados los espacios de una ciudad que antaño eran comunales porque eran eso, barrios.

La gentrificación comenzó como un concepto en una pequeña subsección de estudios urbanos en los años sesenta y setenta. Ahora, es un problema importante que afecta la vida de las personas en ciudades de todo el mundo. Los que sufren sus peores efectos suelen ser los residentes de grandes centros globales. Pero los locales están aprendiendo rápidamente cómo resistirse a las propuestas que no aceptan y reclaman la ciudad que llaman su hogar.

La alta demanda, el boom de los pisos turísticos, la gentrificación y una ley permisiva complican el acceso a una vivienda en alquiler en Madrid y Barcelona. Ambas ciudades alcanzan precios máximos en más de una década. Estas son historias de mudanzas forzadas, casting de inquilinos y barrios en riesgo de perder su vida vecinal

El Palentino cierra: desde que el lunes lo adelantó Público es el tema recurrente en Malasaña. La noticia llega dos semanas después de la muerte de Casto Herrezuelo, uno de sus dueños, y aunque Lola López, su cuñada, socia y encargada detrás de la barra de las mañanas asegura que le gustaría "que alguien lo cogiese y lo continuase como está", reconoce que "va a ser difícil". "Aunque como los modernos imitan lo antiguo, a lo mejor tenemos suerte. O a lo mejor ya no es bar y lo hacen otra cosa".

La gentrificación está de moda, esto es un hecho. Puede que no sea una invitada del gusto de los vecinos de un barrio, pero no es menos cierto que cuando llega, lo hace para quedarse. No obstante, sin entrar en los detalles de lo que la gentrificación implica para un barrio y sus habitantes, parece muy interesante analizar qué cambios se producen en una zona en proceso de gentrificación.