El silencio administrativo negativo aplicado a determinadas gestiones, como puede ser en la solicitud del Ingreso Mínimo Vital, es el máximo exponente del despotismo legal de la maquinaria paquidérmica del Estado.
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Silencio administrativo que te puedes comer después de tres meses si has tramitado ya el Ingreso Mínimo Vital. Da tiempo sobrado a que el solicitante haya perdido sus constantes vitales.
Otra cosa es que los plazos y gestiones sean los correctos. Tres meses me parace poco con la que va a caer.
El silencio administrativo permite al ciudadano ponerse en el caso que indica el silencio, positivo o negativo. Si se trata de una autorización durante la apertura de un negocio, el silencio será normalmente positivo. Por tanto, si el solicitante no recibe la autorización correspondiente podrá suponer que se lo han concedido y seguir adelante.
Ahora pongámonos en el caso de la viñeta. Se supone que la medida beneficiará a 800.000 familias, lo que indica que habrá al menos 800.000 solicitudes que habrá que revisar y comprobar que todo lo que deben aportar está ahí y es correcto. Eso da una media de 12.000 solicitudes resueltas al día que más que probablemente necesiten alguna corrección porque falte algún dato que cuando se reciba, el funcionario ni recordará de qué iba esa solicitud y tendrá que repasarla. Pero además deberemos tener en cuenta que habrá mucha gente que presente una solicitud sin saber si le corresponde o no y probará suerte.
Lo raro es que puedan estar todas resueltas en 3 meses.