Argentina volvió a cambiar de dirección política en un zigzag centenario que va de izquierda a derecha y viceversa. Aunque este ritual obsesivo es traumático, lo más sorprendente es que el lenguaje casi nunca cambia: los poderes son corruptos, sácalos del gobierno.
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Y tiene difícil solución porque lo suyo ya empezó con los romanos.
Lo mas divertido fue cuando uno me dijo "gajego de mierda".
Pasada esa inmensa barrera, el resto de los españoles siempre me parecieron fantásticas personas.
Y jamás he visto un policía corrupto en Hispanistan. Joputas sí, pero corruptos no. Prueba a corromper a un policía español y tendrás muchos números para tener un problema.