Alguna vez, antes de calzarme para salir de casa, me doy cuenta de que las zapatillas no están en mi cuarto. En cualquier otro hogar, lo normal sería buscar y preguntar si alguien las ha visto. En mi casa no hace falta molestarse, si no están a la vista, están tiradas en la calle.
|
etiquetas: autismo , hermano autista , dia mundial autismo
#1 Tú quizás tengas un problema de empatía... mínimo.
#10 Tienes un vecino privilegiado.
Hay varias posibilidades, entre ellas:
1. Sólo tienes un hermano y por el hecho de tener un hermano te crees especial.
2. Tienes más hermanos, pero no te habías dado cuenta hasta ahora.
3. Si 1 es correcto el autista eres tu.
Anecdota: Con 8 años mi hermano me pegó un tiro (escopeta de aire comprimido) en la cabeza, me considero un privilegiado de tener un hermano así.
Edito. Querer a tu hermano, autista o no, es una cosa y considerarte un privilegiado por el hecho de que sea autista es otra.
La chica pensaba como el artículo, se sentía afortunada, lo quería y no desearía que fuera de otra forma.
Pienso como #1 es autoayuda barata y autocondicionamiento para seguir adelante.
Imagino que viviendo con situaciones así te acostumbras y tiene cierta normalidad en tu vida, pero sinceramente, dudo mucho que no piense que ojalá no tuviera esto, y fuera normal.
Todos queremos ser o estar sanos, tener familia que evolucione, tenga parejas, trabaje o viva con salud.
La gente necesita que vean a sus familiares con problemas con normalidad, que todos seamos empáticos y que hagamos como que la enfermedad no existe, que es sólo que es distinto y somos los demás los malos por verlos enfermos.
Pero la triste realidad es que esta gente van a necesitar toda su vida de una familia y una sociedad comprensible y empática con su enfermedad.
El que alguien así te admita en su mundo, se obligue a admitir que eres su semejante, el que te deje llegar a ella, SÍ, es un privilegio. No se le concede al primero que llega, y no me extraña que ella diga sentirse orgullosa y feliz de estar a su lado, porque es ÉL quien la permite estar a su lado.
La primera vez que estuve en contacto con personas con autismo fue cuando hice un voluntariado con este colectivo, el objetivo era hacer actividades de ocio semanlmente con la persona que te tocara, pero cuando hablabas con otros voluntarios ellos lo vivían más como un servicio de respiro familiar. Yo por suerte tuve muy buen enganche con los dos niños con los que estuve.
Estuve seis meses con un niño de cuatro años y luego cuatro con uno de doce, y era dos mundos completamente difetentes.
Con el primero nunca olvidaré como la priemea vez que fui a su casa pasó olímpicamente de mí, y cuando digo pasar me refiero a que en toda una tarde no me dirigió ni una sola mirada. El segundo día fue más de lo mismo, pero esta vez no traté de llamar su atención con estímulos, sólo me limité a seguirle por toda la casa y hacer lo mismo que él. El tercer día, cuando su madre fue a abrirme la puerta de casa, la apartó y me cogió de la mano para llevarme donde los juguetes. No os podéis imaginar la sensación que produce eso. De repente, te deja entrar en su mundo, te ve, te siente, te tiene en cuenta.
Este niño tenía dos hermanos mayores, uno de doce y otro con una ligera discapacidad intectual de 6 años, pues a éste último no le hacía ni caso, nunca interactuaba con él, ni le miraba... Por no hablar de sus compañeros de colegio, cuando íbamos al parque era como si no hubiese nadie. Así que sí, me sentía una privilegiada.
A cualquier tipo de mejoría de ese país lo mejor que se te ocurre decir es que "van a perder su esencia".
Vamos que te sientes guay a costa de que los otros estén jodidos porque te sientes mazo de especial y buena gente y con ganas de ayudarles.