Durante estos días, y ante las protestas de los taxistas, los chicos de Uber están consiguiendo su considerable cuota de publicidad. Además, quizás en menos medida que Blablacar, consiguen postularse dentro de la base social que defiende el consumo colaborativo (y el ahorro e ingresos que supone para una población muy castigada por la crisis). Estos son los premios menores que están consiguiendo, pero lo gordo supongo que vendrá después...
|
etiquetas: uber , taxi , consumo , colaborativo
Tan sencillo como que un madero se instale la app, se monte en sus coches y los infle a multas.
Uber no es consumo colaborativo, es competencia desleal. Y que conste en acta que prefiero andar dos horas a montarme en un robotaxi.
Según dice el artículo, lo de ahora, lo ilegal, es solamente para hacerse un nombre. Vamos, publicidad pura y dura.