Del Cid se decía que ganaba batallas incluso después de muerto. Algo parecido puede afirmarse de Franco, al que algunos conceden el patrimonio de los símbolos nacionales aun llevando cuatro décadas en el sustrato. Si en 2018 urge dar alguna batalla al franquismo es precisamente la que nos permita contemplar los símbolos de la nación como los atributos de una democracia occidental moderna, descentralizada, plural e inclusiva.
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En esta situación, la batalla va a seguir siendo vencida por Franco.
¡Viva Franco!
No hay más que ver la situación, vivimos en una monarquía que él instauró, hasta hace poco gobernados por un partido fundado por franquistas y actualmente compuesto por sus hijos, con unos descendientes del dictador que conservan todo lo expoliado al país, y con un pasado gobierno democrático y legítimo que fue derrumbado por un golpe de estado y una guerra y que aún no se ha reconocido.
Si alguien piensa que el franquismo terminó con franco o es un iluso, o le conviene esa idea.
Totalmente de acuerdo, El Cid también está muerto, y Don Pelayo, y seguimos hablando de Reconquista y de Fueros y de Inmatriculaciones.
En 500 años Franco volverá a ser héroe, sobre todo en Andalucia, donde más sangre hizo (como El Cid, Don Pelayo...)
La historia es circular.