El dinero, la tensión por que la mascota se salve y las malas condiciones laborales hacen mella en una profesión que acumula un riesgo de suicidio cuatro veces superior a la media de la población.
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etiquetas: veterinario , precariedad , empleo , suicidio , veterinaria
Está claro que muchos dueños no deben de tener mascotas.
De todo lo que se estudia hay dos o tres asignaturas que les dan la auténtica base, el resto es filtro para que se luzcan los típicos ratones de universidad.
A esto se le añade que los veterinarios no suelen trabajar juntos, son individualistas y detestan formar a otros veterinarios... es más, si tienen que formar a alguien para que les ayude ... cuantos menos estudios tenga ese alguien, mejor.... también la falta de una verdadera especialización, la insuficiente presencia en la sanidad pública, y el escaso y malo reconocimiento que se les da por parte de la sociedad.