Unos aparecen como asépticos empleados que realizan una función necesaria, desde sus puestos de mando con sus pantallas y sus sofisticados controles.
A los otros los pintan como salvajes encapuchados montados en furgonetas con sus AK- 47 dispuestos a matar a todos los judios.
Pero resulta que la desproporción en el uso de la fuerza es tan grande que los salvajes son los que pretenden ser el pueblo elegido por Dios.
A los otros los pintan como salvajes encapuchados montados en furgonetas con sus AK- 47 dispuestos a matar a todos los judios.
Pero resulta que la desproporción en el uso de la fuerza es tan grande que los salvajes son los que pretenden ser el pueblo elegido por Dios.