En el SERGAS tocamos a menos de cuatro psicólogos clínicos por cada 100.000 personas. Son tan pocos y su incorporación es tan lenta que, en la práctica, en Galicia "se vulnera el derecho de los usuarios a acceder a tratamientos psicológicos que quedan recogidos en la cartera del SERGAS". Esta es la denuncia lanzada hoy por Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (ANPIR). Las consecuencias de meses de espera para ver al especialista no son menores: suicidios, adicciones y abuso de las recetas de psicofármacos.
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Ante la incapacidad estructural del SERGAS de atender los problemas psicológicos de los gallegos, los médicos de familia se ven a menudo forzados a ganar tiempor recetando psicofármacos para calmar los síntomas mientras se espera la cita con el especialista. Medicamentos como ansiolíticos tranquilizantes, como el alprazolam, que a veces tienen potencial adictivo. Un círculo vicioso que incluso ha ayudado a crear un mercado negro de algunas marcas.
En la Xunta todavía tienen mentalidad del siglo pasado: los gallegos son unos aldeanos del subdesarrollo y basta darles un par de cositas y que nos den las gracias porque les traemos el progreso.
No tienen la mentalidad que les corresponde a lo que debería ser cualquier región de España: algo avanzado técnica y socialmente con pujanza en lo económico, científico y cultural.
¿ El supercomputador de Santiago no está un poco infrautilizado cuando se compara con el de Barcelona ?
Pues diferencias de mentalidad.