¿Cómo defenderse cuando no hay oportunidad de huir ni de esconderse? Volverse venenoso puede ser una buena solución. Eso es lo que hizo un ancestro de los mamíferos, el terápsido Euchambersia mirabilis, hace 260 millones de años. Esta bestezuela,no mayor que un perro, desarrolló una estructura justo detrás de sus colmillos, en la mandíbula superior, que acomodaba una glándula, en la cual se producía un veneno que resultaba mortífero para muchas clases de animales.