La carrera espacial que las principales potencias están desarrollando en el siglo XXI se está volviendo nuclear. Por un lado, Rusia ha anunciado que creará una planta de energía nuclear en sus instalaciones en Marte, un proyecto que planea concretar en 2030. Estados Unidos, por su parte, desarrollará iniciativas similares en Marte y la Luna desde 2026. Al mismo tiempo, buscará optimizar una tecnología para el desarrollo de naves espaciales impulsadas mediante energía nuclear.